inn A Debate

domingo, febrero 19, 2006

¡QUIÉN QUIERA CASTELLANO QUE LO PAGUE!

“QUE MONTEN UN COLEGIO PRIVADO EN CASTELLANO PARA EL QUE LO PAGUE, IGUAL QUE MONTARON UNO EN JAPONÉS”

El líder de CiU de Cataluña, ARTUR MAS acaba de afirmar ahora lo que se nos ha estado negando que hicieran en los últimos 20 años: Que no se puede estudiar EN castellano. Lo ha dicho en la entrevista que le hace hoy, domingo, 19 de febrero de 1990 P.J Ramírez y Victoria Prego en “El Mundo”.

P.J.Ramírez: “Por lo menos podría haber cuatro o cinco colegios públicos en que se pudiera estudiar en castellano.”
Artur Más: “No, públicos no, porque eso es un sistema de diferente red y no lo vamos a hacer. Si no hay más remedio, que pidan la excepción y si no quieren pedir la excepción, que vayan a un colegio privado. Que se monte un colegio privado en castellano para quien lo quiera pagar, exactamente igual que se montó uno de japonés en su momento. Que lo haga el instituto Cervantes o que lo haga quien quiera. Como no serán más de 20 al año no pasa nada”

Primera cuestión: ¿Por qué nos calificaban de mentirosos durante estos últimos 20 años cada vez que denunciábamos que en Cataluña se había impuesto el catalán como única lengua vehicular y por lo mismo se impedía estudiar en castellano?

Segunda cuestión: La excepción sólo la otorgan un año para casos especiales y eso no te garantiza hacer las clases en castellano, te las dan igualmente en catalán, pero te eximen de examinarte de castellano ese primer años. Es para casos especiales de jóvenes extranjeros.

Tercera cuestión: Si la doble red es el poblema, ¿por qué ha de ser en catalán y no en castellano?

Cuarta cuestión: ¿Si la inmersión en catalán trata de enseñar catalán a niños de ambientes castellanohablantes que de otro modo no lo aprenderían, ¿por qué no aplican el mismo criterio, pero al revés en zonas catalanohablantes que de otra manera no aprenderán el castellano?

Quinta cuestión: Si de lo que se trata es de que no se haga una doble red escolar, ¿por qué se podría hacer en un colegio privado? ¿Acaso eso no iría contra el criterio de la única red escolar por aquello de la cohesión social? ¿Los padres castellanohablantes o catalanohablantes que quieran el castellano como lengua vehicular no pagan impuesto?

Sexta cuestión: Dice usted que como no serán más de 20 al año no pasa nada, ¿Es que si lo eligieran 200.000 sí pasaría algo? ¿Y qué pasaría?

Séptima cuestión: ¿Y trata usted de “asquerosa” la afirmación de Mariano Rajoy cuando dice que de la misma manera que Franco trató de recluir al catalán a la esfera privada hoy en Cataluña tratan de hacer lo mismo con el castellano..?

viernes, diciembre 23, 2005

"CAZA DE BRUJAS"

MONSTRUOS


También en Cataluña se ha creado el monstruo. La existencia del Consejo Audiovisual es la última muestra de un sistema totalitario. El hecho de que haya sido el Parlamento regional el autor de este aparato inquisitorial encargado de decidir qué informaciones son veraces y cuáles no, y cuáles son los medios que deben sobrevivir a su control, no supone ningún tipo de legitimación. Por el contrario, eso inhabilita al propio Parlamento.

El caso catalán es extraordinariamente grave precisamente porque es la legitimación misma del Parlamento regional la que está en cuestión. Ningún Parlamento puede estar al servicio de la construcción de un sistema totalitario.

Sabíamos que en Cataluña no hay libertad de expresión. Por las luchas entre los propios partidos hemos conocido documentos redactados en sedes partidarias y despachos de la Generalidad en los que se diseñaban estrategias mediáticas a costa de la vida profesional de algunos periodistas. Lo de ahora, lo del CAC, es más grave. El Parlamento ha montado de un modo finalista el órgano que deberá terminar con la COPE, esto es, con el enemigo.

La operación pasará a las antologías del fascismo.

Pero ¿acaso no ha aprobado el Parlamento catalán un proyecto de Estatuto en el que se diseña todo un sistema totalitario? Por cierto, el debate en torno al modelo de financiación, que se propone en él, está tapando el que debería darse en relación con la utilización exclusiva del catalán en la enseñanza. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya lo ha dado por bueno.

Miro hacia Cataluña, pienso en personas a las que he estimado, y no me entra en la cabeza que estén colaborando en la fabricación del monstruo.

Pienso en gentes, por ejemplo, como Isidro Molas, con el que estuve en las viejas guerras por las libertades; o en Victoria Camps, con la que he podido hablar alguna vez sobre el derecho a la información... ¿Pueden personas así aprobar la decisión del Parlamento catalán? ¿Pueden ver con buenos ojos la persecución de las ideas de los contrarios? A juicio de personas así, ¿deben desaparecer la ética y la moral cuando «la lucha nacional» se convierte en argumento para liquidar las libertades?

La última prueba de la existencia del otro monstruo, del que crece en el País Vasco, ha sido la aprobación de unos Presupuestos en los que se convierte a los terroristas etarras en víctimas. Y con la colaboración de los socialistas. Es un adelanto de lo que nos espera: el reconocimiento de ETA...

Crecen los dos monstruos, y no sin el alimento que se les proporciona desde Madrid.

Por CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS/ ABC 23-12-05

domingo, diciembre 18, 2005

¿SON LÍCITOS LOS BOICOT?

Arriesguemos opinión. Como en toda generalización, el boicot a los productos catalanes es injusto por arbitrario, no por ser boicot. El boicot como herramienta de presión social para mitigar o acabar con una situación injusta particular es tan lícito como la huelga. La huelga se inventó para presionar a los patrones con el fin de conseguir mejoras salariales. Es evidente que la huelga se ideó para hacer daño al explotador reduciendo sus ganancias. A nadie en su sano juicio hoy día se le ocurriría considerar tal práctica como odiosa, tan es así que hay un “Derecho de huelga” amparado por las leyes.
El boicot persigue parecidos fines con métodos idénticos. “Ya que me perjudicas –diría el boicoteador- dejaré de consumir tus productos para reducir tus ganancias y así obligarte a rectificar”. Ejemplos a cientos. Uno grueso para empezar. A finales de los 90, dos programas de una cadena de televisión americana denunciaron las prácticas abusivas en las fábricas de “Nike” esparcidas por varios países del oriente asiático. Jornadas interminables, sueldos ridículos y condiciones laborales propias de sistemas esclavistas. La cadena llamaba al boicot contra la marca deportiva hasta que no rectificara las condiciones laborales de sus asalariados. Yo lo seguí. Disgustos me costó la cosa con mi hija adolescente. Pero lo tenía claro, yo había estado en una de esas fábricas en Vietnam, cerca de Saigón. Adolescentes, niñas casi, llegadas de los pueblos de alrededor, trabajaban, vivían, comían y dormían en dos metros cuadrados. Ganaban una miseria, aunque para ellas era mucho más de lo que pudieran aspirar. El simple hecho de ir al lavabo se convertía en un lujo y la protesta impensable. En Europa haríamos huelga, allí ni eso. Yo, como tantos y tantos miles de ciudadanos de países libres no podíamos hacer huelga por ellas, pero sí dejar de comprar esa marca u otras, porque allí había varias. Era un boicot en toda regla. Afortunadamente, la denuncia mediática y el boicot obligó a la dirección de Nike a cambiar muchas prácticas abusivas, incluso despidió a muchos de sus directivos en Asia. Hoy ni yo ni mi hija seguimos ya ese boicot.
Es curioso cómo tal práctica se vio entonces como una cosa muy progresista y justificada, como se ve boicotear a una empresa química por verter productos contaminantes o por no respetar las reglas sanitarias en sus productos. Hace años dejé de pisar un bar al que solía concurrir al descubrir que el gin tónic lo componían con ginebra de garrafón. ¡Anda que les zurzan! Mi dinero lo gasto allí donde me tratan bien, no donde me timan, me envenenan o me desprecian. ¿Por qué entonces es malo hacer boicot a tal producto, de tal empresario que tal o cual potencial consumidor considera gravoso para sus intereses? Pongamos otro ejemplo: “Omnium cultural” hace tres años comenzó una campaña de boicot a todos aquellos productos que no estuvieran etiquetados en catalán. Hasta hace unos días tenía una página web donde especificaba qué productos sí o cuáles no debían ser comprados. Nadie protestó. La entidad además está completamente subvencionada por dinero público a través de la Generalitat. Ha puesto el grito en el cielo cuando otros ciudadanos de Cataluña o del resto de España han hecho lo propio con productos catalanes. No hay que sorprenderse, los nacionalistas son así: “Las mismas acciones son buenas o malas en función de si les perjudica o les beneficia a ellos”. Ley general nacionalista que se han autootorgado, los angelitos. Pero en realidad tienen razón, al menos a nivel formal: Disciernen y boicotean, no generalizan. Es una forma pacífica como otra cualquiera para presionar en la dirección que les interesa o consideran justo. No en el segundo caso, que generalizan el boicot a todos los productos catalanes como si todos fueran culpables por igual. Es en este caso cuando el boicot deviene arbitrario y no instrumental, universaliza la culpabilidad como forma odiosa de racismo. Es como si por culpa de las acciones asesinas de ETA, castigásemos a todos los vascos. ¡Qué inmensa injusticia! Rosa Díaz, Nicolás Redondo, Gotzone Mora y un millón de vascos más, además de sufrir a ETA habrían de soportarnos al resto de los españoles.
Otra cosa muy distinta sería boicotear a una empresa que supiéramos fehacientemente que trabaja para ETA, colabora económicamente para imponer un “Estatut” totalitario o subvenciona a organizaciones que día sí y día también insultan al resto de españoles. En esos casos, el boicot es la huelga obrera, el arma del débil que obliga al fuerte a negociar su exceso. El boicot es la forma eficaz más civilizada que tenemos para obligar al canalla a revisar su abuso. Es evidente que el boicoteado nacionalista no estará de acuerdo con sus boicoteadores. Normal, tampoco lo estaban los patronos del XIX con los obreros reducidos a explotación. Como en el chiste del dentista: “¿Verdad, doctor que no nos haremos daño?” -le dice el paciente mientras le coge por los cojones-.
Yo no reconozco como legítimo el boicot que “Omnium Cultural” hace de todo producto que no esté etiquetado en catalán, pero para quien tal cuestión la cree inaplazable, el boicot es una forma de lucha legítima. Cuestión otra sería hacer comprender a esos “racistas culturales” supuestamente inconscientes que el rechazo en bloque de una étnia, color, sexo, etc. sólo indica indiferencia, odio o desprecio; o sea xenofobia y racismo. El mismo que el Conseller de Comerç, Turisme i Consum de la Generalitat, Joseph Huguet, comete al igualar el boicot a los productos catalanes con la persecución a los judíos, amparándose en alguna pintada llamando a no comprar productos catalanes en comercios de Madrid con la estrella de David (tal como fuera pintada frente a las tiendas de los judíos en la Alemania Nazi). Como piensa y odia en bloque, supone que todos los demás hacen lo mismo. Mal estaría, por supuesto, que alguien no comprara productos catalanes por ser catalanes, porque sería como despreciar a los negros porque uno violó a tu hermana. De eso el Sr. Huguet y tantos nacionalistas catalanes son maestros consumados: odian tanto lo español que han perdido la capacidad de darse cuenta que ofenden a diario a quien así se siente; y se ofenden tanto por cualquier crítica hacia ellos que creen que todos los españoles odian a todos los catalanes. Cosas de la “Ley General Nacionalista”.
Conclusión: “¡Nacionalista!: No te quejes del boicot que nunca has dejado de ejercer tú”; o para que me entiendas: “Tú tratar a los demás como tú querer que los demás tratar a ti. Ser posible que si obrar de esta manera nadie en España hacer boicot a ti ”.

domingo, diciembre 11, 2005

NO HAY MAL QUE CIEN AÑOS DURE

VIDA (A Paula Romero)

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡Todo!", y el eco dice "¡Nada!"
Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡Todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.


José Hierro

viernes, diciembre 02, 2005

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

"No estoy de acuerdo con su opinión, pero sería capaz de combatir hasta entregar mi vida por defender el derecho que usted tiene a expresarla". (VOLTAIRE)


¿Una nueva guillotina? (tomado de nuestro buzón)

El Régimen ya tiene un nuevo instrumento de coacción a la libertad de pensamiento: el CAC. La creación de este Alto Tribunal para lo Audiovisual, con el consiguiente beneplácito de los Colegios de periodistas de Cataluña y su de Código Deontólogico (el primero de España, lo cual no deja de ser un sarcasmo) es otra manifestación de la soberbia con la que la Generalitat actúa en el ámbito puramente social, de lo cotidiano. Para mi, lo verdaderamente preocupante y no es en absoluto exceso de dramatismo, proviene no tanto de la existencia de este órgano censor per se sino de la iniciativa política para crearlo y configurarlo, su composición vendrá dada por los diputados del parlamento autonómico y velará por la constitucionalidad y veracidad de todo lo escrito, televisado, publicado y radiado en Cataluña. Dicho de otro modo, sus prerrogativas invaden de hecho lo puramente judicial y actuará de oficio, eludiendo la via ordinaria en aras de mayor eficacia a la hora de sancionar las desviaciones del Pensamiento Único.

La legalidad de una institución con estas caraterísticas es más que dudosa pero, insisto, lo preocupante es la ausencia de medios de expresión en contra de la existencia de un órgano censor al servicio del poder político y la impunidad con que éste pretende velar por la uniformidad del discurso nacionalista, que -de hecho- es el objetivo último. Si ya existe en Cataluña la peor de las censuras, que es la que uno mismo se impone y con indudable éxito, el CAC va a tener jurisdicción allá donde no llegue aquella, es decir, la presión al amparo de lo políticamente correcto pero con apariencia benefactora, ética e incluso clínica.

Durante el periodo revolucionario francés, la Convención de Robespierre, Dantón, Desmoulins, Marat y Sant Just instauró el Comité de Salud Pública el cual, y en contra de lo que pudiera parecer, no velaba por sarampiones, gripes y fracturas de huesos de los ciudadanos sino por sus actividades contrarrevolucionarias y actuaba como Juez y Parte. Entonces se guillotinaban cabezas y el CAC hará lo propio con las opiniones divergentes, pero el fin será el mismo.

LOS NACIONALISTAS NOS ROBAN CADA DÍA VALORES DEMOCRÁTICOS TRABAJOSAMENTE CONQUISTADOS DURANTE CIENTOS DE AÑOS A COSTA DE LA LIBERTAD Y LA VIDA DE MILLONES DE PERSONAS. NO SON UNA BROMA, YA SON UN PELIGRO.

sábado, noviembre 26, 2005

LA TRAICIÓN DEL PSC A SUS BASES

La traición del PSC (Partido Socialista de Cataluña) a sus bases es una manifiesta evidencia. Como lo es la traición del PSC al PSOE, el granero de sus votos. Pero el engaño es tan escandaloso que no se podía sostener eternamente.

El Estatut ha sido la concreción de ese gran fraude electoral ejercido sobre amplias capas socialistas de Cataluña. Hemos perdido la inocencia y como la virginidad, una vez perdida, ya nunca más se puede recuperar. ¡Afortunadamente!

Para entrar a debatir sobre este tema, inn recomienda que se lean los artículos de portada dedicados a desenmascarar este gran tocomocho:

"La traición del PSC a sus bases ya es un grito a voces. Lo denunciamos desde el inicio de inn en “El fraude histórico del PSC”, artículo de Antonio Robles de enero de 2004; Ernesto de Aguiar ha confirmado ese fraude en una larga confesión, publicada el 21-11-2005 en El Mundo, “Así me utilizaron para acabar con Borrell", socialista y exdelegado especial de Hacienda en Cataluña, y ahora, Pedro Gómez, miembro de la plataforma crítica del PSC Socialistas en Positivo, contesta a Manuela de Madre en el artículo “De Singuerlín a Nicaragua”, El Mundo, 25-11-2005.
La grieta se ensancha: "La prodigiosa izquierda catalana". Gregorio Morán en la Vanguardia 26-11-2005. Imprescindible."

Los socialistas seremos humildes, pero ni somos nacionalistas ni imbéciles.

¿QUÉ PENSAR Y... QUÉ HACER?

domingo, noviembre 13, 2005

LA EDUCACIÓN A DEBATE

Bajo el lema “La educación también importa”, ayer, 12-11-2005 se manifestaron en Madrid más de un millón de personas contra la LOE, reforma de la reforma de la LOGSE, origen de la destrucción del sistema educativo en España.

El ruido de la religión puede que no haya dejado ver los males de verdad de esta nueva ley socialista: la desautorización de las normas y la disciplina, el desprecio por los contenidos, la desaparición de la voluntad y la responsabilidad, son ejemplos y causas del desastre. Ha sido destruida la escuela pública y ocupamos el último lugar de Europa en preparación y capacidad. Los profesores carecen de autoridad y demasiados alumnos se comportan como verdaderos déspotas. París está a la vuelta de la esquina.


Para documentar este debate del sistema educativo, recuperamos un artículo de Antonio Robles, profesor de Filosofía en Barcelona, publicado en “el periódico de Catalunya” el 24 de febrero del 2000.



“EN CADA GENERACIÓN EMPIEZA TODO”


EL ACTUAL SISTEMA EDUCATIVO HA MARGINADO LOS CONTENIDOS Y HA DESAUTORIZADO EL ESFUERZO EN LAS AULAS, POR LO QUE HA AUMENTADO LA IRRESPONSABILIDAD, LA APATÍA Y EL DESINTERÉS ENTRE LOS ESCOLARES.

El mundo es un reflejo del afán del hombre por conocer los secretos de la naturaleza y ponerlos a su servicio. Apasionante tarea, a veces peligrosa, no siempre fácil ni divertida. La riqueza, el arte, la salud, la libertad son consecuencias directas del conocimiento acumulado de generación en generación. Nunca nadie disfrutó como nosotros de sus frutos, pero tampoco existió antes generación menos avisada de sus trampas. Y aún peor, el sistema educativo que habría de evitarlo es precisamente el máximo culpable. Día a día, nuestros centros escolares se desmoronan como universidades del saber y se convierten en patio de recreo y contención con graves problemas de convivencia donde cada vez es más difícil la tarea imprescindible y primera: impartir conocimiento. Se podrían describir los relatos al uso que conforman esta realidad. Tarea de muchas páginas, encuestas y estudios que no deben demorar ni un minuto más nuestros responsables políticos. Yo sólo quiero apuntar la responsabilidad de este sistema educativo en la deconstrucción de los valores ilustrados que fueron y aún son causa de nuestro bienestar.

Lo intuyó ya Ortega y Gasset a principio de siglo: "La civilización (...) permite al hombre medio instalarse en un mundo sobrado, del cual percibe solo la superabundancia de medios, pero no las angustias. Se encuentra rodeado de instrumentos prodigiosos, de medicinas benéficas, de Estados previsores, de derechos cómodos. Ignora, en cambio, lo difícil que es inventar esas medicinas e instrumentos y asegurar para el futuro su producción..."

Ortega encontró en su rechazo de "el señorito satisfecho" la imagen de su crítica. No es culpa de nuestros alumnos confundir la sociedad del bienestar con la naturaleza de las cosas. Es lo que han visto siempre. Sus padres, sus abuelos tuvieron carencias claras y si no las tuvieron las vieron en la mayoría de la sociedad española. Esforzarse en un mundo así, era tan natural como no hacerlo en el mundo regalado que ellos han heredado. Sus mayores encontraban en el estudio una conquista personal y, los más progresistas, una utopía social.

Hoy nuestros adolescentes van a la escuela como antes se iba al servicio militar, obligados. Rechazan la memorización de las tablas de multiplicar porque son incapaces de adivinar los innumerables peldaños que deben ser recorridos para llegar a la magia de un puente sobre el abismo. Nadie tiene por qué comprender un proceso sin recorrerlo. Quizá les ocurrió lo mismo a sus abuelos, pero estos no encontraron en el sistema escolar disculpas, ni en sus padres cobijo para la pereza. Todo lo contrario del universo psicológico que impregna hoy el sistema educativo. En nombre de aspiraciones humanas incontestables nos han enredado con palabra mágicas, como "integración", "atención a la diversidad" etc. que desintegran del saber a quienes tenían predisposición a hacerlo y alimentan la desintegración de quienes se niegan a estudiar.

No es una cuestión de medios, sino de fundamentos teóricos: en cuanto padres y alumnos se han percatado de que nadie puede obligarles a repetir curso aunque suspendan todo, la apatía, el desinterés y la irresponsabilidad se han adueñado de nuestros escolares. ¿Por qué habrían de hacer los deberes, estudiar fórmulas enrevesadas o leer y comprender a Shakespeare? La TV, el discman, el teléfono móvil y mil oportunidades más y mucho más interesantes adulan su vida sin pedirles nada a cambio; ni siquiera el dinero para comprarlo o alimentarlo, de eso se encargaron sus padres.

En cuanto se han dado cuenta de que desobedecer, faltar a clase, mofarse del profesor o maltratar a otro compañero no tiene efecto punitivo inmediato a causa de un sistema burocrático de infinidad de derechos y escasos deberes, tienden a repetir la insociabilidad y a contagiarla al resto, pues a menudo encuentran en ella su autoestima. Huelga decir que una vez el profesor ha perdido la autoridad, se hace imposible la transmisión del conocimiento y la clase queda a merced del despotismo cruel de quienes aún carecen de la socialización mínima para prever el alcance de sus actos.

El actual sistema educativo ha marginado los contenidos y desautorizado el esfuerzo, en nombre de la integración y los ritmos de aprendizaje. El resultado ha sido el desprecio del saber y la generalización de la irresponsabilidad. De tanto querer proteger al alumno de varemos cognoscitivos que pudieran humillarlo y marcarlo fatalmente a edades inadecuadas han logrado convertirlo en un discapacitado psíquico, incapaz de realizar tarea alguna o de enfrentarse al más mínimo revés o sacrificio. Sabemos que la frustración es mala, pero su ausencia absoluta nos impide madurar. Y es evidente que la adquisición de conocimientos ha sido la primera víctima.

"Imaginemos -dice K.Popper- que nuestro sistema económico, incluyendo toda la maquinaría y todas las organizaciones sociales fuera un día totalmente destruido, pero que el conocimiento técnico y científico se conservase intacto. En este caso, no cuesta concebir la posibilidad de una rápida reconstrucción a breve plazo. Pero imaginemos ahora que desapareciese todo conocimiento de estas cuestiones, conservándose, en cambio, las cosas materiales. El caso sería semejante al de una tribu salvaje que ocupara de pronto un país altamente industrializado, abandonado por sus habitantes. No cuesta comprender que esto llevaría a la desaparición completa de todas las reliquias materiales de la civilización".

Convenzámonos, cada generación lo ha de aprender todo, desde el conocimiento técnico a la defensa de la libertad. Pero si bien el fracaso del primero sólo perjudica a quien no lo adquiera, el olvido de la segunda pone en peligro la libertad de todos. Porque la libertad, la autonomía personal, el respeto a las normas cívicas o la convivencia democrática no se compran en los supermercados, se adquieren desde la infancia y deben ser sostenidos por todos cada día. En los años 60 valía todo porque nos sobraban valores heredados. Quizás debamos volver a poner límites si no queremos acabar con policía en nuestras aulas.

martes, noviembre 08, 2005

¿POR QUÉ ARDE FRANCIA?

Dense la respuesta ustedes. Nosotros sólo le vamos a definir unos cuantos conceptos imprescindibles para hablar con propiedad sobre estos choques culturales.

CONCEPTOS EMPALAGOSOS E INFANTILES:

-MULTICULTURALIDAD: Reconocimiento y aceptación por parte de la sociedad receptora de grupos sociales de origen diverso. Los inmigrantes mantienen los valores, las normas y los comportamientos, y la sociedad receptora los respeta. La multiculturalidad propugna el diálogo entre las diferentes culturas, en pie de igualdad sin que ninguna de ellas se sienta legitimada a juzgar a las otras.
Esta concepción es la consecuencia del relativismo cultural extremo, o sea, del que se deduce que no hay comportamientos dignos e indignos, aceptables o inaceptables, todo es opinable y preferible. O sea, que es igual darle los buenos días a tu vecina educadamente, recibirla con insultos o violarla en el rellano de la escalera.
-RELATIVISMO CULTURAL: Afirma que, puesto que todas las culturas le sirven al hombre para adaptarse al medio, todas son igualmente válidas. Ninguna sería superior a la otra. (O sea, tendría la misma legitimidad la cultura antropófaga que las que no lo son o aquella parte de la cultura musulmana que aún defiende la ablación, que la cultura basada en la igualdad entre el hombre y la mujer).

CONCEPTOS TOLERANTES E INTEGRADORES:

-PLURICULTURALIDAD: Valora a todas las culturas en pie de igualdad, pero, al mismo tiempo, propugna una autocrítica de todas, incluida la propia, poniendo como marco de referencia la Declaración Universal de los Derechos Humanos como base universal de conducta y proyecto de vida en común entre todos los hombres.
-INTEGRACIÓN: Adopción por parte de los inmigrantes de los valores, de las normas y las conductas de la sociedad receptora. No suele generar problemas, pero significa la pérdida de la personalidad original pura (si es que tal cosa existiese) de los inmigrantes.

CONCEPTOS RACISTAS:

-ETNOCENTRISMO: Es la creencia en suponer que los valores culturales propios son mejores o superiores a los de otra u otras culturas.
-CHOVINISMO: Amor o pasión excesivos hacia la patria, que pueden llevar a la discriminación de otras naciones, Estados o pueblos, así como, en ocasiones, a instigar a la guerra.

PARADOJAS NACIONALCATALANISTAS:
Con los hombres y mujeres de otras culturas y religiones, el catalanismo es pluriculturalista, con los ciudadanos castellanohablantes imponen la asimilación. Son cosas de la estética.

sábado, noviembre 05, 2005

EN CATALUÑA LA MITAD DE LA POBLACIÓN NO ESTÁ REPRESENTADA.

Para la mirada de un extranjero, Jordi Pujol ha gobernado durante 23 años a Cataluña con una representación incontestable. Al menos esa es la impresión que ha dado: Su política nacionalista ha sido un rodillo y nada ni nadie ha osado contestarle. Siempre dio la impresión que los electores le habrían respaldado abrumadoramente. Pero… ¿Saben cuántos catalanes le votaron en cada una de las elecciones que le dieron el poder…? ¿Saben qué tanto por ciento de los electores le respaldaron…?
-1980: 754.788 (No tenemos % por carecer de número de electores)

-1984: 1.347.037 (29,7% de los electores)
-1988: 1.232.514 (27 % de los electores)
-1992: 1.221.233 (25,2 % de los electores)
-1995: 1.320.071 (25,9 % de los electores)
-1999: 1.178.420 (22,2 % de los electores)

O sea, esta Cataluña nacionalista excluyente, victimista, monolingüista y culturalmente antiespañola ha sido respaldada por un 26 % de los catalanes en las últimas 5 legislaturas que gobernó Jordi Pujol en solitario. 3 de cada 4 catalanes no le votamos. ¿Cómo se ha podido arrogar la representación de Cataluña tan escasa representación…?

CUESTIÓN PARA DEBATE:

¿Por qué no dejar vacíos todos los escaños de los electores que no hayan votado o hayan votado en blanco? La representación entre los partidos votados sería la misma, pero nos ahorraríamos una buena pasta en parlamentarios que nadie les votó y sobre todo, cada día el vacío de los electores ausentes les recordaría a los diputados que la mitad de Cataluña no está representada por ellos.

martes, noviembre 01, 2005

CARTA ABIERTA A ARCADI ESPADA
DERECHO A ESTUDIAR EN LENGUA MATERNA

(A propósito del derecho a “estudiar en la lengua materna”)

Querido Arcadi, resulta sorprendente que después de muchos años de evidencias, sigas insistiendo en que la lucha por la libertad lingüística en Cataluña es guerra equivocada. No es que quiera yo contradecirte, procuré no importunarte nunca. Pero han cambiado las circunstancias, ahora no eres aquel periodista de antaño que teníamos la suerte de intuirlo secretamente a nuestro lado; y por lo mismo, considerado. Ahora has cruzado la línea y te has mezclado con otros ciudadanos que durante años hemos denunciado cada uno de los pasos dados por el nacionalismo contra el valor supremo de la ciudadanía republicana. El manifiesto de “Ciudadanos de Cataluña” reivindica este mismo discurso y con él se han comprometido miles de ciudadanos. Y en medio de todo él, la imposición lingüística aparece como una gran estrella de David insoportable para la mayoría. Ya sé que afirmas en cada acto de Ciudadanos que “a pesar de no estar de acuerdo, te comprometes a defender este derecho”, pero no es suficiente. En una lucha altruista las convicciones son el fundamento y la recompensa. Mal puedes defender aquello que dices no compartir.

Por eso intentaré argumentarte por qué la lengua no es problema menor, sino el instrumento más sofisticado y mejor acabado del nacionalismo para acabar con el derecho de ciudadanía en Cataluña. Te daré razones.

Has afirmado recientemente que “reivindicar la enseñanza en lengua materna es caer en el mismo error esencialista del nacionalismo” y que “es más importante la pérdida cultural que representa la amputación de autores como Baroja, Valle Inclán, García Lorca etc. que la lengua en qué enseñan a nuestros hijos matemáticas o historia”. No te restaré razones a lo segundo, en ningún caso estoy de acuerdo con lo primero.

1.La lengua es un instrumento de comunicación, nada más pero nada menos.
Yo no sé tú, pero yo no reivindico la enseñanza en lengua materna porque suponga que en la propia lengua vaya impreso de forma indeleble el ser de nadie, sino porque es un derecho ciudadano como el voto femenino, el derecho a la educación, a la libertad de pensamiento o a cualesquiera otros de los derechos que nos otorga el estatus de ciudadanos. Es una evidencia que la lengua es un vehículo, no el ser. Puede que “la casa del ser”, puede, pero hoy el ser occidental tiene primera vivienda, casa en la playa, un rincón recogidito para perderse con amores, sin contar con todos los adosados de amigos que le tienen a bien invitarle. Por lo que, quienes hemos luchado por la enseñanza en lengua materna, difícilmente podamos reproducir el esencialismo nacionalista. Al contrario, siempre lo hemos denunciado como un modo de soliviantar a los propios y de usurpar derechos a los demás. Todo ello con una excepción: En Cataluña existen cientos de miles de ciudadanos que sólo dominan una lengua y morirán con esa limitación. Tal limitación no es suya, se la han impuesto. Para ellos quizás la lengua sí sea el ser, como para un tuerto el único ojo; por él ve el mundo, en él se recrea, de él depende.

2.La lengua catalana es el instrumento más sofisticado de construcción nacional.
La lengua es un señuelo, su coartada, la disculpa bastarda para agrupar a la tribu en el sueño pre-democrático de la construcción nacional. En Croacia fue la religión, aquí es la lengua. Asustados por su estado comatoso como si fuera el oso panda, logran deslegitimar el derecho de los que hablan la otra; intoxicados por la amenaza de ésta y su origen imperialista en Cataluña, cuelan odios a la cultura española en general y, entre sustos y resentimientos, desvían las energías políticas de la población catalana hacia el esencialismo étnico, usurpándole el debate político centrado en los aspectos sociales.

Desde este punto de vista es razonable concluir que entrar en ese debate es hacerles el juego. En ello estaríamos de acuerdo, Arcadi. Pero yo tengo otra historia que contar…

Karl Marx dejó escrito que la cultura dominante era la cultura de la clase social dominante. Su contemporáneo J.Stuart Mill llegaba a las mismas conclusiones: "Dondequiera que existe una clase dominante, la moral pública derivará de los intereses de esa clase". Si esto es verdad, nos ayudaría a explicar la muerte de la ciudadanía como herramienta de participación legítima en la política de Cataluña y la degradación cultural a la que está sometido el castellanohablante.

A riesgo de simplificar, se puede decir que el 50% de la población de Cataluña es originariamente castellanohablante, inmigrante y de recursos económicos humildes (exceptúese, si se considera significativo, una élite ilustrada castellanohablante muy adinerada pero reducida en número). Encuadrados en los cinturones industriales de Cataluña o en las zonas rurales con trabajos manuales, la mayoría de castellanohablantes tiene escasa o nula incidencia en las decisiones políticas de nuestra sociedad. La consecuencia es una desigual distribución entre cargos sociales y lenguas. Mientras una la acapara la clase social dominante, la otra, la castellanohablante, no baja de los andamios, no llega a los despachos donde se deciden derechos y libertades. Recuerda mucho a la teoría de los tres tercios que caracteriza a las actuales sociedades desarrolladas. Aplicada y adaptada a Cataluña, el tercio más reducido numéricamente, estaría formado por la clase dirigente, cuyo origen se asienta en las sagas familiares burguesas de estos dos últimos siglos. El segundo tercio, correspondería a los profesionales liberales, a los comerciantes, a los funcionarios, a los trabajadores asalariados cualificados y a una casta de apóstoles de la cultura nacional que viven de recrear la realidad virtual a la que antes nos referíamos. Este segundo tercio es muy numeroso. Junto con el primero ocuparían del 50 al 60 por ciento de la sociedad. El resto estaría encuadrado en el tercer tercio. En él estarían los asalariados manuales, los parados, y los marginados. La característica que llama más la atención es que estos grupos sociales se podrían reconocer nítidamente por la lengua en que se expresan. Los dos primeros mayoritariamente en catalán y el tercero en castellano. Es muy difícil que un albañil o una señora de la limpieza te hable en catalán pero casi imposible que un responsable político utilice el castellano en los espacios oficiales, a no ser que estemos en período electoral. Esa geografía lingüística, en sí, no es buena ni mala. Pero indica la desigual distribución de las dos lenguas entre las tres clases sociales. Y eso, a su vez, vicia las relaciones de igualdad entre origen lingüístico y poder político. La mitad de la población castellanohablante carece de poder económico y cultural y como consecuencia no tiene representación política. Y al carecer de ésta, su lengua y su cultura no están representadas. El círculo se cierra.

Empezar por reivindicar el derecho a estudiar en lengua materna es el primer paso para dignificar la cultura culpabilizada y excluida, no para enfrentarla a la otra, sino para disolverla en los derechos ciudadanos ordinarios de cualquier sociedad democrática extrayéndola de toda mística nacional.

Las lenguas no serían así refugio de patriotas ni de integristas lingüísticos, ni coartada, ni disculpa, ni recurso para marginar a nadie. Un derecho nada más, tan ordinario e inviolable como la igualdad del hombre y la mujer.

3.Apuntes para ayudarnos a comprender lo invisible.

“El pez no percibe su propia humedad”. Es su medio. Esa frase de un librito mágico del que no recuerdo ni el título pero sí de sus metáforas para explicar la teoría de la relatividad, la escribió Ernesto Sábato cuando aún era físico y muy joven. Pero me ilustra lo que quiero añadirte a lo teorizado hasta aquí. Hay demasiados evidencias falsas, demasiadas personas invisibles, muchos, muchos derechos conculcados y ninguno de los cuales difundidos ni denunciados. Son los derechos de los que no tienen micrófonos, ni escenarios, ni blocs. Son muchos, pero sus miserias no se teorizan. Tampoco por parte de los intelectuales conscientes. Simplemente no están en su universo cotidiano. Y lo peor, no entendemos sus dificultades porque no sufrimos sus experiencias. Veamos:

4.El catalán es un criterio de demarcación excluyente.

Ni todas las personas llegan a la comprensión o dominio de las lenguas en las mismas condiciones, ni todas tienen las mismas oportunidades, ni todas tienen las mismas capacidades. Si añadimos a eso que la imposición lingüística en Cataluña se ha hecho de golpe y no de grado después de un régimen traumático que impidió el acceso al conocimiento del catalán desde la escuela y por lo mismo, impidió a más del 70% de la población adulta acceder al mercado laboral con las misma oportunidades, habremos de concluir que la imposición del catalán ha sido una frontera arbitraria para usurpar poder político, social y laboral. Ej. En la década de los ochenta era difícil encontrar un director o un jefe de estudios en colegios e institutos que no utilizara el catalán por sistema. Unas veces por imposición y otras por precaución, todos los puestos de poder fueron ocupados por catalanohablantes que además, ejercían de catalanistas por defecto.. Iba en el cargo. Eso explica por qué se impuso la inmersión en silencio. Aplica el cuento al resto de sectores laborales. Uno a uno han ido cayendo bajo la condición previa del conocimiento del catalán.
No es de recibo que de pronto, por razones históricas o de cualquier otra índole, pudiera un gobernante imponer una norma imposible de cumplir por la mayoría, pero beneficiosa para una minoría. Imagínate que el Gobierno actual impusiese que todas las personas que no certifiquen haber pasado con éxito un examen de velocidad en los cien metros lisos, quedan excluidos del mercado laboral o relegados a los puestos más bajos. Si la marca la ponen en 13 segundos, es evidente que el señor que ahora tiene 40 años podría haberla pasado cuando tenía 15, pero difícilmente ahora, como imposible que la pase uno de 55. ¿No sería lógico que tal imposición se aplicase sólo a esas generaciones de escolares que tendrán oportunidad y edad para lograrlo y dejar al resto vivir sin agobios imposibles o demasiado costosos…? Y para los casos en que es inevitable saber catalán, ¿No sería lógico darle un tiempo al aspirante para adecuarse a la nueva realidad sin ver mermados sus derechos? Por ejemplo: Hoy no puedes presentarte a ninguna oposición en Cataluña si no pasas previamente el conocimiento de catalán, hablado y escrito. Esto impide la igualdad de todos los españoles ante la ley. Sin embargo, cuando a finales de los setenta principios de los ochenta hubo que recurrir a profesores de catalán y no había suficientes, se dio un plazo de 5 años para aquellas personas que sin tener título académico alguno supieran catalán. Una medida que resolvió un problema y no marginó a nadie. ¿Por qué al revés no se puede hacer...?

5. La lengua NO es un mercado.

Sostienes que “la lengua es un mercado” y concluyes que el problema se acaba con su aprendizaje. Según. Aunque las lenguas en general sean productos e instrumentos sujetos a las reglas del mercado, ¡ojo!, la lengua o las lenguas oficiales de un Estado son un deber y un derecho para sus naturales. Ya sé que tales deberes y derechos te parecen rémoras constitucionales del franquismo, a mí me parecen antídotos para no discriminarnos en nombre de derechos históricos o imposiciones lingüísticas.
Es evidente que cualquiera de nosotros puede o no aprender inglés, alemán o árabe, pongamos por casos, pero ninguno de nosotros podría reclamar ante los tribunales su derecho a recibir la enseñanza en tales idiomas. En este caso tendrías razón Arcadi, porque tales idiomas forman parte de la oferta y la demanda del mercado cultural y económico, pero no el catalán y el castellano, que son derechos…, para nosotros. En este caso, impedir estudiar en castellano a un solo ciudadano español, esté en el territorio nacional que esté, es substraerle sus derechos como tal ciudadano. Exactamente como impedir a un niño en Cataluña que pueda estudiar en catalán. No sería el caso si estuviéramos en Francia, allí lo sería el francés. Por ello, en nuestro país, las lenguas oficiales no son un mercado, son un derecho y por lo mismo, sujetas a las leyes. Es ocioso, pero no inútil recordar el Art. 3.1. de la Constitución que a ti no te gusta: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”.

Todo mercado está sujeto a reglas legales. También las lenguas. Eso no quiere decir que no puedas estudiar tagalo o hablarlo si tuvieras con quién, sólo que en el país que tienes el “deber” de pagar impuestos, tienes el “derecho” de que no te excluyan de la seguridad social o “derecho” a estudiar y expresarte en su lengua oficial. Entre otras muchas acepciones del “derecho”, aquí, sirve para salvaguardar los intereses propios de personas que de otro modo serían reducidas al abuso del más fuerte. Esto no es piedad cristiana, sólo armas del Estado como organización libre de la Voluntad General.

5.Para un castellanohablante el catalán puede ser tan extraño como para un catalanohablante el francés.

Todo este desfase en el conocimiento de las dos lenguas será historia en tres generaciones (45 años). La escuela es el secreto. Por tanto, es una inutilidad el abuso actual, aparte de una tocada de huevos sobre personas adultas que en el mejor de los casos se expresarán peor de lo que venían haciéndolo y donde su interlocutor no tiene dificultad alguna para entenderlo.

Has dicho con cierta frivolidad que el catalán se aprende en tres meses. Dichoso tú. ¿Has llegado a pensar que para una persona que viene de fuera de Cataluña, el catalán es como el francés para una persona catalana que vaya de mayor a París…? ¿No caes en la cuenta de que quien ha mamado el catalán desde casa o desde el barrio lo percibe tan evidente como el aire que respira? El pez no puede percibir su propia humedad…porque el agua es su medio, pero el elefante se ahoga. ¿Cuántos millones de hombres han sido ciegos y sordos a la marginación de la mujer en la historia? No siempre fueron culpables, tan normal era el rol de unos y otras que la marginación pasaba desapercibida. Pero no Arcadi, para un ciudadano de Cuenca, el catalán es tan incomprensible como el francés y si se pone a estudiarlo, casi tan difícil. Ya sé que no es el euskera, pero su dificultad es parecida a la de un catalanohablante obligado a vivir en francés en Perpiñán. Con un agravio comparativo, aquí la exigencia fonética y gramatical del catalán ha de ser aceptable y muy correcta porque sino tu prestigio social disminuye. Cosa que no le pasaría a un extranjero en París aunque su francés fuere deficiente. Se le perdonaría porque es extranjero y se le admiraría su capacidad para comunicarse en una lengua que no es la suya, incluso él mismo no se sentiría en inferioridad porque se sabe comprendido en la dificultad y en ningún caso represaliado por sus escasos conocimientos. Pero en Cataluña tales circunstancias no se dan. No es de recibo que un profesor reduzca su capacidad de explicación porque su léxico o su fonética sean limitados ni se disculpará en un debate de TV3 su mermada capacidad dialéctica al utilizar un catalán impuesto. Al contrario, no se le perdonará que demuestre un desconocimiento tan evidente de “la lengua propia del país”. Y el que menos se lo perdonará será él, que, presionado por el ambiente pancatalanista, sentirá esa escasez como un síntoma de su dudosa capacidad intelectual o el indicio sospechoso de su rechazo inconsciente al catalán. Una y otra circunstancias no serán objetivas, ni deberían llevarle a tales consideraciones, pero el acoso moral a que todos estamos sometidos en Cataluña, le impedirá vivirlo con normalidad. Sé que esto último es ridículo, pero Arcadi, el caso es tan común y cotidiano como la indiferencia ante él. He visto demasiadas veces pasar del rechazo a la aceptación de la política lingüística de la Generalitat sin más razón que el poder desenvolverse mal o bien en catalán. De golpe respiran, dejan de pertenecer al grupo de los señalados por la limpieza de sangre(o lengua), y con una indiferencia sobreactuada se extrañan ante las quejas y angustias de otros que aún carecen del pasaporte lingüístico. Por dentro va la procesión, por fuera chirrían sintaxis infames, dignidades mancilladas. Pero el entorno aplaude la infamia de ver a un ciudadano balbucear en una lengua que en la suya es un maestro. Y lo peor, no tiene necesidad, todos le entenderían. Ese sadismo sé de donde viene, pero nunca lo he podido soportar.

Si no comprensión, al menos empatía para quienes hemos vivido, viven ahora o vivirán en el futuro el acoso lingüístico con angustia.

6. Una lengua se aprende bien desde pequeño.

Un niño tiene capacidad para aprender 5 idiomas a la vez si su edad es inferior a los 7 años. A partir de esa edad, la capacidad para aprender idiomas comienza a mermar y, una vez llegamos a la plenitud biológica del cerebro, la dificultad es máxima o imposible en determinadas áreas del idioma, como la fonética. Por eso las personas mayores nunca dejarán de tener acento extranjero cuando aprenden el idioma de adultos.

Quienes hemos demostrado sobrada ineptitud para dominar idiomas, lo sabemos muy bien. No sé a ti, pero a innumerables seres humanos el mal dominio de un idioma nos bloquea el pensamiento, tratamos de articular palabras, conceptos o ideas pero todos quedan atrapados en el fondo de la mente gritando inútilmente por salir. El pensamiento tiene la sensación desagradable de vivir encarcelado. Es frustrante. Hasta que vuelves al tuyo. Esta experiencia no se percibe como tal cuando, perdido en el extranjero, su deficiencia te saca de un apuro, pero aquí, en Cataluña, es el idioma con el que tienes que ser eficaz, profesional y competir. Nada de lo dicho afecta a quien domina los dos idiomas con total eficacia. Sería estúpido por mi parte si pudiendo usar dos manos utilizara sólo una porque corriera el bulo de que usar una de ellas era de españolistas. Me tendrían que violentar para meterme en la cabeza que he de expresarme profesionalmente en catalán en un territorio donde la lengua que tengo por propia es además de oficial, entendida por toda la población. Con lo que no lesiono derecho alguno. Y viceversa. Otro caso es si mi lengua no fuera inteligible por alguien y lesionara los derechos de terceros.

7. Enseñanza en lengua materna.

Podemos discutir si es más o menos eficaz estudiar en lengua materna. Hay estudios sobrados. No me detendré en ellos. Sólo quiero referirme a los derechos como ciudadano. Nadie tiene la patente para determinar en qué lengua tienen que estudiar los alumnos de una comunidad cuando hay dos lenguas oficiales amparadas por la Constitución. Me acojo a ese derecho fundamental. No doy más razones, exijo que se cumpla la ley. Y mira que hay razones…

No seamos ingenuos, en Cataluña la inmersión en catalán nada tiene que ver con la pedagogía sino con políticas de exclusión. Y esas se han aplicado y se aplican en la escuela y se extienden inexorablemente a toda la vida social, política y laboral. Todo eso no tiene nada que ver con el mercado, sino con el totalitarismo.

Soy consciente de haberme alargado en exceso, pero en Cataluña se ha de empezar a argumentar las cosas para combatir el fascismo de los eslóganes.

Salud.
Barcelona, 23 de Octubre de 2005
Antonio Robles